10 nov 2008

Hasta los Gatos se Divierten

Cuando abrió los ventanales de su casa de playa para que entrara el fresco sintió como la cabeza le explotaba de dolor, un repentino mareo lo obligó a sentarse en el sillón que estaba al pie de la ventana. Era inexplicable este dolor tan fuerte, tan súbito, tan cerebral. Se tomó la cabeza con las manos y esperó, pensaba que pasaría pronto, pero conforme pasaban los minutos entendió que este dolor había venido para quedarse. Se puso de pie y tambaleándose camino a la cocina, y mientras lo hacía, tuvo la certeza que ese dolor acabaría con él. Por fin llegó a la cocina y con mucha dificultad sacó un vaso de una de las repisas, lo acercó al grifo, con la mano libre se dispuso a abrir la llave del agua pero esta se encontraba cerrada tan fuerte que todos sus esfuerzos por abrirla fueron inútiles. Se dio la vuelta y cayó al piso, el vaso se rompió y los vidrios se esparcieron por todo el lugar. Mientras se moría lo único que podía ver era un cuadro que tenía un grupo de gente que parecía disfrutar de una borrachera en una calle empedrada, a los pies de las figuras humanas dos gatos negros bailaban y parecían contagiados de la embriagada alegría de los protagonistas de la pintura. En la esquina del cuadro se podía leer: Hasta Los Gatos se Divierten. Una semana después la policía, alertada por un fuerte olor a muerto, encontró el cuerpo putrefacto y a su alrededor una manada de gatos multicolores alimentándose del cerebro del difunto que salía de su cráneo que se partió con la caída.

2 comentarios:

Jonas dijo...

Me gustó, muy buena la parte del cuadro, me aluciné a los gatos abrazados y bailando contagiados con la embriaguez de los borrachos (tal como lo dices y das a imaginar). Chévere.

Unknown dijo...

Es que los gatos son animales inteligentes y como los borrachos disfrutan de la embriaguez...
Por siaca el cuadro existe.